[Puntuación: 5/5]
Lo que hay entre 1984 y yo es una historia de amor que comenzó hace 4 años y todavía dura. La primera vez que me lo leí tenía 15 años y lo hice porque debía examinarme de él al final del trimestre. Lo escogí entre otros muchos candidatos que nos habían sido sugeridos por algo tan simple como que hablaba de un tal “Gran Hermano”. No es que sea seguidora de ese tipo de programas, es más, prefiero no ver nada antes que eso, pero me llamó la atención que se mencionara aquello, me chocó bastante. Dado que por aquel entonces llevaba bastante mal lo referente a organizar el tiempo para realizar las tareas del instituto, terminé leyéndome del tirón más de la mitad del libro el día antes del examen. Pero aún así me encantó y supe que aquella lectura me acompañaría para siempre. Me hizo reflexionar sobremanera sobre el importante papel que juega la información y la Historia en nuestras vidas y lo fáciles que son de manipular sin que nos demos ni cuenta. Cómo obviamos a veces el conocimiento cuando es un pilar fundamental en nuestra formación como personas. De hecho, desde entonces, siempre he dicho que 1984 era mi libro favorito.
Mi edición de 1984. |
En consecuencia a esto último, se me ocurrió leerlo de nuevo cuatro años después, para comprobar si todavía seguía gustándome tanto como antes o si me había dejado llevar por la emoción del momento y el haber descubierto una literatura más inteligente y de carácter más político. Eso sí, si algo tenía claro es que en esta ocasión iba a tomármelo con calma, iba a saborear cada uno de los capítulos de esta historia. Me alegro mucho de haberlo hecho porque he descubierto detalles que pasé por alto en la primera lectura, he comprendido mucho mejor a los personajes, pero sobre todo, no he podido evitar sentir cierto nudo en el estómago de pensar que esa realidad que Orwell nos plantea en la que todo está dominado por el Partido y donde las personas cada vez son más ignorantes y, por lo tanto, más maleables, no dista tanto del mundo en el que vivimos. Quizá en 1984 todo esté un poco más exagerado pero, a grandes rasgos, las similitudes son abrumadoras. El conformismo de cada uno de los ciudadanos de Oceanía (que es el continente en el que transcurre la acción), que asumía que si el Partido decía que algo era así, entonces debía ser verdad. El poco interés de Julia por todo aquello que no le afectara a ella, dándole igual cualquier manipulación que se hubiera podido hacer, siempre y cuando no tuviese nada que ver con su persona. El mantenimiento de una guerra constante para evitar que el pueblo se diera cuenta de que el verdadero enemigo no se encontraba en los países extranjeros sino en su propio Gobierno. La batalla interior de Winston por hacer lo correcto o hacer lo que se espera de él, el cuestionarse constantemente si en realidad está loco por no comulgar con el pensamiento del Partido, su necesidad de demostrar que todo es una mentira, que debemos abrir los ojos y no dejar que nos engañen así como así, que, unidos, el poder ya no recae sobre unos pocos, sino que vuelve a donde siempre debería haber estado, en las manos del pueblo. El muro con el que siempre se choca el pobre de Winston: la fe ciega en el Gran Hermano de los otros “camaradas” y la falta de consciencia de los “proles” sobre lo que en verdad está sucediendo.
Y es que Winston Smith es un personaje redondo, un personaje que representa una serie de ideales que no todo el mundo tiene y que, además, está dispuesto a defender hasta el final. Desde el momento en que acepta que algo no marcha bien con el sistema político y social en el que vive, comienza a crecer y a desarrollar su propia forma de pensar, cada vez más crítico y más sediento por saber la verdad de lo ocurrido, no sólo en el presente, sino también en el pasado. No le importa poner en riesgo su vida si consigue hacer ver a otra persona que todo eso es una mentira, que en realidad, son simples marionetas cuyos hilos son movidos por unos pocos señores que viven en la abundancia mientras los demás se ven obligados a malvivir. Pero con Winston, Orwell no creó ni mucho menos a un héroe que no le teme a nada. De hecho, en los últimos capítulos se aprecia perfectamente que, finalmente, es un ser humano, con sus temores y sus flaquezas, que no tiene una voluntad de hierro como puede parecer en un principio y eso es lo que más me gusta del personaje, que es una persona real.
Por si la historia no fuera suficiente, el estilo literario de George Orwell es impecable, sin dejar de ser elegante a la hora de escribir, narra los hecho sin adornarlos excesivamente, dejando claro que lo que le interesa es transmitir una historia, una serie de ideas, y que la forma en la que estén escritas es algo secundario, si bien, de extrema importancia para atrapar la atención del lector.
1984 es una novela extraordinariamente inteligente que, una vez acabada, no queda olvidada en una estantería hasta el fin de los días, sino que te acompaña siempre, para bien o para mal. Termina formando parte de ti. Una lectura obligada, vaya.
Tiene pinta de ser muy, pero que muy, interesante.
ResponderEliminarConsigues en cada una de tus entradas meterme el gusanillo por cada libro que lees.
Además, se nota que te gusta mucho y que es un referente para ti, por todos esos marcadores qué le tienes puestos :)
Me encantan tus reseñas!
Muac!
Verona.Firenze.
Gracias :3
EliminarEs más que interesante... es EL libro, así que ya sabes, Arantxa, te lo tienes que leer sí o sí (:
Me encantan tus reseñas y prometo seguirte y leer todos los libros que pueda de los que tú recomiendas.¡Enhorabuena por tu blog!
ResponderEliminarGracias, Monsieur (:
EliminarEstoy completamente de acuerdo contigo en que este libro es de los que siempre van contigo y cuantas más veces lo lees, más te gusta. Lo voy a leer de nuevo. Gracias por recordármelo
ResponderEliminarNo hay de qué!
EliminarÁngela, en primer lugar quiero felicitarte por esta magnífica reseña de "1984" y decirte que la comparto totalmente y me encanta el análisis psicológico que haces de ella y las reflexiones que apuntas. Completamente de acuerdo. Enhorabuena
ResponderEliminar¡Gracias! La verdad es que con libros tan maravillosos como "1984" hacer una reseña mala es casi imposible.
EliminarUn saludo!
Sencillamente me he quedado sin palabras al leer este libro. Es sorprendente cómo nos dejamos arrastrar por los salvadores de la democracia hasta el punto de no darnos cuenta de cómo nos mnipulan.IMPRESIONANTE
ResponderEliminarNo hay duda de que es un libro que te marca y te hace ver las cosas de una forma bien distinta. Como tú has dicho: IMPRESIONANTE.
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