En cuanto se dio a conocer el nombre del nuevo ganador del Premio Nobel de literatura quise leer algún trabajo suyo. Me suele gustar la literatura francesa, con sus tramas psicológicas y personajes complejos, así que supuse que Patrick Modiano me iba a gustar también. Un compañero de clase me dejó En el café de la juventud perdida porque a él le había gustado mucho así que no me costó elegir por dónde empezar con el autor. He de decir que, si bien disfruté del libro, no me ha enamorado.
La historia nos sitúa en el Paris de los 60, en un café que suele estar frecuentado por los mismos clientes. Entre ellos se encuentra Louki, una joven algo reservada cuya historia se va descubriendo a través del punto de vista de cuatro personajes: un estudiante asiduo del café, un detective que investiga a la chica, la misma Louki y un amigo con el que comparte algo más que una amistad. Con estas cuatro perspectivas se va resolviendo el puzle que supone Louki, dando pie a una trama que se centra más en el personaje y en su razón de ser que en lo que en verdad ocurre.
La historia me gustó bastante pero, no sé por qué, me esperaba algo más de Patrick Modiano. La trama no me pareció excesivamente innovadora, me recordó a otros libros de autores franceses que ya había leído, pero, como todos me habían gustado, En el café de la juventud perdida también me gustó. Creo que la parte que más me gustó de la novela fue la última, la que narraba su amigo donde se presentó el concepto del Eterno Retorno, algo que me encantó.
Me pareció que le faltaba algo de poesía, no encontré nada que explicara
el Premio Nobel. Sé que solo he leído un libro suyo y que tengo que
leer más novelas que haya escrito para poder tener una opinión informada sobre el
autor. Me pasó como con Camus, esperaba un estilo más rebuscado y me encontré una escritura muy sencilla que, sin embargo, consigue atraer al lector y hacer que siga leyendo. Las frases empeladas son breves pero son más que suficientes para enviar el mensaje que se quiere transmitir. Los personajes también estaban muy bien trabajados, sobre todo Louki, la cual empieza siendo una desconocida para convertirse en una protagonista cuya vida es más que intrigante.
En definitiva, En el café de la juventud perdida me ha gustado y lo recomendaría, sí, pero no ha sido tan maravilloso como esperaba. La trama es el tipo de historia que me gusta pero no es excesivamente original. Los personajes son el punto fuerte de la novela y supongo que esto tiene sentido, porque son la parte principal de todo el libro. Sin duda, seguiré leyendo más libros de Patrick Modiano a ver si termina de convencerme.