Hacía meses que quería leer Americanah de Chimamanda Ngozi Adichie. Había leído y oído cosas maravillosas sobre el libro, a menudo me encontraba reseñas que no bajan de las 4 estrellas en GoodReads. Estuve a punto de comprarlo pensando que me iba a encantar, pero al final opté por sacarlo de la biblioteca... y menos mal. Me encontré con una novela que, para mí, ha sido tremendamente sobrevalorada. Me decepcionó, así de claro.
Americanah está protagonizada por una pareja: Ifemelu y Obinze que, siendo adolescentes, se enamoran. Sin embargo, la vida los lleva a separarse cuando Ifemelu deja su Nigeria natal para marcharse a Estados Unidos y poder así continuar con sus estudios universitarios. Obinze, que en un principio tenía claro que se reencontraría con ella en Estados Unidos, ve cómo se le deniega el permiso de acceso al país y no vuelve a tener noticias de Ifemelu. Sin embargo, años después, y con un gran éxito a sus espaldas cosechado por su blog sobre su experiencia de inmigrante africana en Estados Unidos, Ifemelu decide regresar a su país.
La razón por la que me llamaba tanto la atención la novela, aparte de por las buenas reseñas que había leído sobre ella, fue el hecho de que la protagonista fuera una inmigrante en un Estados Unidos actual. Creía que iba a estar cargada de comentarios bastante jocosos sobre las diferencias culturales entre Nigeria y la gran potencia mundial de occidente. Y la verdad es que estos apuntes están presentes a lo largo de la novela, sobre todo en la forma de entradas en el blog de Ifemelu, pero no son el tema dominante de la historia. La gran parte de los capítulos se centra en su protagonista y en los novios que tiene una vez en Estados Unidos. Por la mitad del libro asumí que iba a leer una historia de amor truncado pero latente bastante ñoña, lo que hizo que no pudiera disfrutar del libro tanto como habría querido. Es más, quizá una parte más o menos interesante de la trama es la vida de Obinze, que al final se ve relegada a un segundo plano y está cogida con pinzas. Para mi gusto, muchas escenas narradas por Ifemelu no añadían nada al conjunto de la novela, solo aumentaban el número de páginas. Es cierto que una anécdota sobre la vida amorosa del personaje en un país donde él es el extranjero no viene mal para relajar la tensión de la narración, pero no me gustó que estas anécdotas tomaran más protagonismo que la propia experiencia como inmigrante de Ifemelu. Cada vez que aparecía algun comentario suyo sobre su blog o alguna historia de choque de culturas la disfrutaba muchísimo, pero sabía que iba a tener que esperar varias páginas hasta la siguiente.
Quizá lo que más me gustó del libro fue el sentido del humor de Chimamanda Ngozi Adichie a la hora de analizar a la sociedad occidental. Se notaba que era algo que ella había vivido en sus propias carnes y sobre lo que había pensado bastante. Creo que el libro habría sido mucho mejor si se hubiera centrado más en este aspecto que en la historia de amor manida entre Obinze e Ifemelu. Y es que la autora tiene una capacidad de análisis estupenda y consigue representar ciertos comportamientos desde el punto de vista de un extranjero de maneria hilarante. Quizá lo que más me decepcionó de Americanah fue ver el potencial de la historia y de la propia autora sacrificados a favor de la relación insulsa de unos personajes que no me decían nada cuando estaban juntos. Porque, tanto el uno como la otra, me resultaron muy poco reales, muy poco humanos, casi como estatuas articuladas que necesitan que alguien las mueva y que carecían de vida propia.
Sinceramente, quería que me gustara el libro pero ha sido todo lo contrario. Es cierto que tiene partes interesantes, como ya he dicho, pero Americanah me pareció una novela bastante típica que, pudiendo aportar mucho más, se quedó en unos personajes y una historia regulares que no tenían nada de novedoso en el fondo. Eso sí, tengo claro que quiero leer más de la autora.