4 jul 2014

Reseña: "Luces del Norte (La materia oscura #1)", de Philip Pullman


Lyra sólo tiene once años, pero ya está marcada por el destino. Los niños de Oxford están desapareciendo, y se rumorea que lo mismo sucede en otros lugares. Armada con su aletiómetro, un objeto único que le permite adivinar lo que nadie sabe, Lyra parte hacia el Polo Norte con el propósito de salvar a los niños y averiguar qué se oculta tras sus desapariciones. Pero descubrirá que el mundo donde vive es mucho más complejo de lo que ella creía, y para cumplir su destino deberá reunir todo su valor.


Hace casi diez años me regalaron este libro por mi cumpleaños, ¡cómo pasa el tiempo! Sin haberlo leído, además, pedí que me regalaran los dos libros siguientes... y ahí se quedaron los tres, cogiendo polvo en la estantería y haciendo de decoración. ¿Por qué pasó esto? Porque intenté varias veces empezar Luces del Norte y no hubo manera, no pasaba de las primeras cien páginas. Lo culparé a que era joven y a que todavía no había desarrollado mi paciencia lectora que me permite aguantar principios de novela lentos. La cuestión es que yo pensaba que ya no me iba a poner con la saga de La materia oscura y entonces, en febrero, Hannah organizó desde su blog, Luminous Words, una lectura conjunta y esa fue mi última oportunidad.

La historia me lió un poco al principio y hasta pasados unos capítulos no me enteré que el Oxford en el que se encuentra Lyra es un Oxford de otra dimensión, por así llamarlo. Aún así, en cuanto quedó claro este detalle me pareció bastante curioso que el autor usara sitios que existen el mundo real y los moldeara para crear su propio universo. También me encantó el invento del aletiómetro y la forma en que funcionaba aunque la verdad es que si Lyra hubiera tenido más problemas para usarlo quizá me habría creído que una un instrumento tan sumamente complejo como se lo describe en el libro. Y este ha sido uno de los problemas que he tenido con Luces del Norte: que todo es demasiado fácil. Si aparecía un obstáculo, este era superado enseguida, muchas veces por ciencia infusa o por casualidades, lo cual hacía que me resultara difícil meterme en el papel de testigo de la historia. Creo que ese será un problema que siempre tendré con los libros infantiles, y es que se alejan demasiado de la realidad y yo ya no estoy acostumbrada a ese mundo de color de rosa.

Los personajes tampoco me entusiasmaron salvo alguna excepción. Lyra me cayó mal desde el primer momento, se me hacía insoportable y algo creída. No simpaticé con Lord Asriel al principio y mucho menos al final y lo mismo me pasó con la señora Coulter... claro que ella hace de malvada sin corazón desde el principio. En cuanto al resto de personajes, me parecieron bastante secundarios y sin desarrollar del todo, demasiado planos. Los únicos dos que se salvaron para mí fueron Iorek Byrnison, el oso acorazado, que con su carácter taciturno se ganó mi corazón (me encantan los personajes con mal humor, qué le voy a hacer) y Pantalaimon, el daimonion (como una especie de mascota que va unido a las personas) de Lyra, que cada vez que aparecía me entraban ganas de estrujarlo (¿se nota mucho que nunca tuve perro?).

En cuanto al estilo de Philip Pullman, si bien a mí me parecido ó algo infantil, se adapta perfectamente a su público. Sinceramente, se me hizo algo pesado que me llevara constantemente de la mano y me lo diera todo mascado, sin dejar lugar a que yo pusiera algo de mi parte y me implicara, pero de nuevo, dudo que una persona de mi edad sea quien el escritor tenía en mente cuando creó esta historia. Supongo que ese ha sido mi problema a lo largo de toda la novela: que la he leído demasiado tarde, cuando ya no puedo disfrutarla tanto como la había disfrutado con 11 años. Y es una pena, porque cuando me lo regalaron tenía alrededor de esa edad.

En definitiva, creo que nunca seré del tipo de persona que disfrute con los libros de niños a no ser que los hubiera leído en mi infancia. Es una lástima que dejara esta trilogía para tan tarde, porque estoy segura de que es del tipo de historia que entonces me habría encantado. Los personajes eran demasiado planos y la forma de escribir demasiado sencilla. Sin embargo, hay una cosa que me ha gustado mucho, y de ahí que le ponga un 3 de puntuación al libro, y es el universo que Philip Pullman creó para La materia oscura. Sobre si seguiré con la saga o no, supongo que ya que he empezado, habrá acabarla y más teniendo en cuenta que ya tengo los otros dos volúmenes.


4 comentarios:

  1. Yo leí esta trilogía hace unos añitos y tampoco me emocionó mucho, la verdad, y yo sí que soy súper fan de los libros infantiles.
    El que más me gustó fue el primero… creo que es una saga que está bien pero sin más, no entiendo el fanatismo de la gente! XD

    Hay libros infantiles que me han gustado infinitamente más como Matilda (o bueno, cualquier cosa de Roald Dahl), Peter Pan o Momo (que por mucho que digan que es para niños creo que impacta más a los mayores…)

    En fin, espero que no pierdas la esperanza con la literatura infantil!!!! ^__^

    Un bsote!

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    1. No, si desde luego hay libros infantiles magníficos como los que tú dices. Pero es que esos son los casos en que, en cierto modo, los libros están también dirgidos hacia adultos. Y son maravillosos (:

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  2. La literatura infantil vuelve a gustar cuando se tiene hijos. No te queda otra, jaja! Saludos!

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    1. He de reconocer que no leo literatura fantástica.Como género puro soy más lector de novela negra y ciencia ficción.

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